A estas alturas, los que ya me conocéis un poco, sabéis que soy gran amante del queso, y a pesar de saber la teoría, del como se hace, nunca me había dado por hacerlo en casa, y creo que ya iba siendo hora.
La satisfacción de hacer mi propio queso en casa, para luego disfrutarlo, me produce una sensación inmensa de realización culinaria.
Además de que que me encanta recuperar nuestras tradiciones de antaño, y no tener que comprarlo todo hecho.
Apenas necesitáis utensilios, y los ingredientes son poquitos, así que no tenéis ninguna excusa.
Utilizaremos leche fresca entera, de esa que está en las neveras en bolsas, o en botellas, da mejor resultado y más seguro que la leche normal, con la que te arriesgas a que no salga bien depende de la marca que uses.
Normalmente se utiliza cuajo, para elaborar los quesos frescos, pero nosotros lo vamos a realizar con zumo de limón, que va hacer que se nos separe el suero, y que coagulen los trocitos, para convertir en queso.
Es importante utilizar un paño de gasa para escurrir el queso, o un paño de hilo fino, que deje pasar el liquido.
Y ahora me preguntareis, dónde puedo conseguir un paño de gasa? En vuestra farmacia, pedir un paño de gasa grande, y os lo venderán a un precio muy económico. un metro cuadrado, me salió unos 90 céntimos.
Y después de estos pequeño consejos, ya podemos ponernos manos al queso, ...digo a la obra!
INGREDIENTES
1 litro de leche entera fresca
El zumo de un limón pequeño
1 yogur griego
Sal
ELABORACIÓN
En una cazuela amplia, ponemos a calentar la leche fresca.
Cuando este muy caliente, pero sin que llegue a hervir, le añadiremos el yogur y el zumo de limón. Damos un par de vueltas. Observaremos como enseguida se empieza a cortar la leche.
Apagamos el fuego y dejamos reposar para que se forman los coagulos que serán nuestro queso.
Preparamos una cazuela, encima poenmos un colador, y encima el paño de gasa abierto. (yo lo he puesto doble) .
Volcamos con cuidado encima del paño nuestro suero con los trocitos, para que se cuelen.
Atamos el paño con una cuerda o goma, escurriendo bien, pero sin apetar demasido, ya que se podría salir el queso por los agujeritos del paño.
Cogemos los extremos del paño, y los atamos, en modo atillo, a una cuchara de madera, que pondremos a modo de tenderete encima de una cazuela para que termine de escurrir el suero.
Dejaremos por lo menos una hora.
El suero luego, podéis utilizar para hacer magdalenas o bizcochos.
Pasado este tiempo, abrimos el atillo, y la bolita de queso que hemos conseguido, la ponemos en un plato, la desmigamos, y le añadimos un poco de sal.
Volvemos a poner en un molde, prensándolo bien, tapáis con film, y a la nevera. Por lo menos unas tres, cuatro horas.
Podéis ponerle un poco de peso encima, y así os quedará más compacto el queso, yo no le he puesto nada, y me gusta la textura que ha quedado.
Ahora ya podéis disfrutarlo como más os guste, con membrillo, frutos secos, mermeladas, frutos rojos, miel, hierbas aromáticas...
Yo en este caso, solo le he puesto un Aceite de Oliva Virgen extra Navarro, variedad Arbequina, y un poco de pimienta recién molida.
Que os parece?
Dios k pinta !
ResponderEliminarme gusta lo probaré
EliminarMadre mía, que hambre me ha entrado "asínnnn" como de repente.
ResponderEliminarTiene una pinta bueniiiiiisima.
Siempre he tenido ganas de hacer algo así. Se ve que no es muy complicado y queda con un aspecto genial.
ResponderEliminarEn algunos sitios he visto que hacen bolas con el cuajo y luego las conservan en AOVE. Eso seguro que también está bueno.
Hola, como veo que te gusta hacer queso, con tu permiso te paso el video del taller de queso fresco que les dimos a unos crios de primaria en una escuela de Vilassar de mar. Creo que te gustará. http://goo.gl/e0FEA
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