GASTRONOMIA NAVARRA

RISOTTO DE HABITAS Y HONGOS


Vuelvo a la carga con otra receta con verduras congeladas para el concurso de la Asociación de fabricantes españoles de vegetales congelados ASEVEC.
Mañana acaba el plazo de presentación de recetas, y aunque casi en el último momento, voy a quemar mi último cartucho utilizando otra de las verduras congeladas que desde Asevec me hicieron llegar a casa, con 11 variedades de verduras diferentes para que tuviese un buen abanico de posibildades para escoger algunas para mis recetas.
Como os contaba en la anterior entrada relacionada con el concurso de #Miverduracongelada , las verduras ultracongeladas mantienen prácticamente las mismas propiedades nutricionales, y en las mismas condiciones y calidad que recién recogidas de la huerta.
En mi anterior receta de Canelones de zanahoria y vino tinto con guiso de carrilleras y crema de coliflor y hongos, ya usé las habas baby congeladas, y las vuelvo a escoger porque tengo que reconocer que me vuelven loca.



Esta vez os las presento en forma de risotto, al que hemos acompañado con unos boletus y unas lascas de un queso añejo al romero de mis amigos de Quesería La Antigua de Fuentesaúco.
Fantástico risotto, sencillo de preparar, con pocos ingredientes y con un resultado de lujo, se puede pedir más?

INGREDIENTES (2 PERSONAS)

- 150 gr de arroz arborio
- 100 gr de habas baby congeladas
-
50 gr de boletus congelados
- Caldo de carne (mínimo 700 ml)
- 100 ml de vino blanco
- 1/2 cebolleta fresca pequeña
- 1ajo
- 1 nuez de mantequilla
- Queso añejo al romero (La Antigua)
- 1 Champiñon portobello

ELABORACIÓN

En un cazo calentamos el caldo de carne, ya que para añadirlo a nuestro risotto tiene que estar muy caliente.
En una cazuela rehogamos la cebolleta y el ajo muy picados. Añadimos las habitas congeladas, le damos un par de vueltas y agregamos los hongos congelados.
Salteamos y ponemos el arroz. Removemos durante un minuto para que el arroz se impregne de los aromas y a la vez se selle y no no se nos rompa después el grano. Ponemos el vino blanco y dejamos que hierva para evaporar el alcohol.
Empezamos agregando un par de cazos de caldo. Removemos mientras a fuego medio bajo, dejamos que vaya reduciendo y el arroz suelte el almidón para que el risotto esté cremoso.
Vamos añadiendo más caldo poco a poco, según lo vaya absorbiendo el arroz, durante unos 18´, o hasta que esté al dente y meloso.



Añadimos la nuez de mantequilla que integraremos bien, y le dará un poco de brillo y untuosidad.
Rallamos encima queso añejo al romero y movemos bien para que se funda en el risotto.
Probamos el punto de sal, que hasta ahora no le habíamos puesto, y añadimos al gusto.




EMPLATADO

En un plato con blanco con fondo, ponemos unas cucharadas de risotto, formando una montaña.
Encima colocamos unas lascas del mismo queso añejo al romero que hemos usado anteriormente.
Decoramos encima con unas habitas y una ramita de romero.
En un lado del plato pondremos una lamina de carpaccio del champiñon portobello, que por supuesto también se come.






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